miércoles, 9 de marzo de 2011

Moriré solo

Moriré solo, con un puñado de recuerdos y siete mentiras. Moriré solo, con pocos secretos y varias vergüenzas, entre críticas, reproches y adulaciones. Algún llanto sincero tal vez. Sólo alguno. Y muchas miradas de reojo. Los bolsillos, rotos.

Cementerio de Siena

Cementerio de Siena. Flikr.

Moriré solo, habiendo amado, habiendo sido amado, a destellos, por contratos temporales, a dentelladas, a contraalma. Moriré sin conocer el plazo fijo, sin firmar papeles de condena. Mis replicantes terminarán sus días y se cubrirán de olvidos y marmotas. Moriré sufriendo la desproporción del camino maniatado, siendo arrastre o arrastrando. Serán breves los caminos en fase. Felices.

Moriré solo y algunas palomas habrán bebido de mi boca. Y habré dejado que lo hagan, sin tapujos ni escrúpulos. Habré tenido tiempo de ser malo y de ser bueno. Engañaré y seré engañado. Lloraré y seré motivo de llanto. Seré hombro y buscaré hombros, tendré miedo y me tendrán miedo. Besaré, huiré, escaparé y volveré con la cabeza gacha. Y así, nómada, moriré solo.

Paloma bebiendo

Fuente de Piazza di campo. Siena. Flikr.

Y mientras, lo peor será el olor acabado. Conoceré la desdicha del olor acabado. De los portazos y cajonazos. Las perchas abandonadas. Los adioses, los hastanunca y la esperanza rota de los hastaluego. Los malditos años sin tacto, sin delicadeza vendrán a apretar la soga. Augurio necesario del último suspiro.

Moriré solo, y nadie entenderá esta ultranza. En mi lecho de muerte no habrá manos ni palabras al oído. No lloverán disculpas. Mi agonía no conocerá la redención ni la justicia. Mi final estará concurrido por todas las soledades que se me cruzaron. Tu soledad me vendrá a las cejas invocando tu mirada; la tuya entre los dedos para recordar la firmeza de tus pechos; la tuya se ubicará entre la nuca y la almohada, vestigio de la danza de la noche; la tuya aparecerá en forma de gemido evocando el final de las fricciones... Envidiaré mis recuerdos, sí, los envidiaré con rabia y orgullo. Cerraré los ojos y os veré a todas juntas, soledades tremendas, desairadas y alocadas. Soledades putas, inocentes soledades. Todas vendréis al réquiem con lenguas y arrojando las máscaras inútiles.

Y no lloraré mis fracasos, me creceré con ellos. No lamentaré mis pérdidas, seguiré buscando. Celebraré mis victorias y buscaré otras nuevas. Porque hoy lo sé, moriré solo, inadvertido, como un reloj de sol cubierto por las nubes.

Moriré solo. Y eso significará que habré vivido.

Duomo Firenze

Reloj de Sol en Duomo Florencia. Flikr.


Moriré solo y alguna vez daré más de lo que tengo, otras, me darán más de lo que doy. Olvidaré mis remites e inventaré mis destinos. No me acostumbraré a los protocolos y dormiré en el infierno. Moriré solo, y entenderé que el asesino sabe más de amor que el poeta. Y escupiré mis versos, con repulsión. Me enamoraré de todo y me conformaré con nada. Moriré solo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

..eso es porque no me conoces ;
liberaríamos neutrones juntos je,jeee