No sé si detestar tu imagen repetida o bendecir tu ausencia. No sé si aligerarme la ropa y frotarme meloso en la tapicería o escudriñar una vía de escape. No sé cómo lo has hecho y si lo has hecho adrede, pero, desde hoy, le tengo miedo a conducir. Sí sé que cuando suba y cierre la puerta será tu olor el que me gobierne. No sé si sabré elegir entre el rugido del motor o estrellar el coche en un barranco. Sí sé que ya no es mi coche, eres tú y no eres tú. Está lleno de ti. Te fuiste y te quedaste.
Hoy lo he aprendido, perder el olfato es mi única esperanza.
EMFA
Hoy lo he aprendido, perder el olfato es mi única esperanza.
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El vídeo es una escena de Di que sí, en la que Santi Millán y Paz Vega hacen un trabajo, a mi entender, magistral. La inocencia con la que Víctor pide a Estrella que cambien las cosas enamora por su extravagancia. La sorna con la que Estrella escucha y contesta a Víctor enamora por su descaro. Me siento un poco cansado ya de ese esnobismo y falso cultismo en las sentencias del tipo «el cine español es una bazofia». Parece que no eres una persona muy interesante si no ves cine checo en v.o., por poner un ejemplo. El cine es muchas cosas y significa muchas cosas. El cine son historias, y las historias no entienden de etiquetas. Una sola frase me basta para que una película se me quede en el recuerdo. «Está llena de ti».
5 comentarios:
Me ha gustado tu texto.
Es cierto que las historias hablan por sí mismas y tienen muchas lecturas. Yo también estoy harto de oír que el cine español no vale para nada. Hay muchas películas que merecen ser vistas: son tiernas, cercanas; tratan de la vida. Estoy hablando de títulos como "En la ciudad", "Ficción" o "Siete mesas de billar francés", por mencionar algunos.
Es impresionante como puede fijarse el recuerdo de alguien, por muy fugaz que fuera su presencia y como se te antoja doloroso a la par de insuficiente.
Me ha encantado, un saludo.
Dos ideas, dos direcciones.
Hay cine español de muchos tipos, como lo hay de Estados Unidos. Y hay verdaderas joyas en toda cinematografía.
Los olores son el recuerdo más doloroso, y no hay forma de evitarlos. Resulta graciosa tu conclusión, porque hace unas semanas, un amigo me dijo: "Estoy feliz porque tengo catarro. Ahora no puedo oler que ella no está".
Y es así de simple.
Los catarros son medicina del corazón.
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